Por Oscar Pacho Suarez
El país entero se conmovió con la huelga de Villa. Argentina estaba envuelta en una terrible ola fascista para 1975. La triple A avanzaba asesinando militantes políticos y sindicales; y desde el estado nacional se había producido una embestida “legal” para frenar las numerosas luchas obreras. La represión tenía una cobertura impresionante con la “Ley Antisubversiva” que había sido votada el año anterior por el Frejuli y los radicales de Balbín. La resistencia enfrentó a la burocracia, al gobierno y su aparato represor, que transformó a Villa en la prueba piloto de la represión y del golpe que vendría.
La huelga, la represión, los compañeros…
Los acontecimientos políticos en el país se sucedían a gran velocidad, las bandas fascistas de la triple A asesinaron a nuestros compañeros del PST en sendas matanzas en Pacheco y La Plata y comienzan a golpear con fuerza y saña a todo lo que oliera a clasismo. Como dijo el diputado del peronismo combativo Rodolfo Ortega Peña en el acto de repudio a la Masacre de Pacheco: “La responsabilidad política por estos asesinatos tiene nombre y apellido: Juan Domingo Perón”. El “Viejo” muere el 1º de Julio y con la asunción de Isabel y López Rega se intensifica una ofensiva fascista que va a jugarse en Villa todas las cartas contra la victoriosa lista Marrón que tres meses antes asumiría la conducción de la seccional.
Con el falso argumento del complot guerrillero en el cordón industrial y sostenido en la ley antisubversiva votada por el peronismo y el radicalismo en la madrugada del 20 de marzo de 1975, desembarcaron cientos de autos de la Triple A, de la JSP (brazo armado de la burocracia sindical) apoyados por divisiones especiales de las policías provinciales de Santa Fe y Pcia. de Buenos Aires. La crónica de esos días cuenta que fueron detenidos en todo este cordón industrial y en Villa especialmente, aproximadamente 150 compañeros, entre los que se contaba la Comisión Directiva de la UOM lista Marrón, casi la totalidad de las comisiones internas y cuerpo de delegados de las fábricas.
Comienzan así las tomas de fábricas y las asambleas a lo largo de cinco días que serían el prólogo de la Huelga larga de 60 días de 1975 que estamos homenajeando.
“Dos colosos se enfrentan”. De un lado el Estado con sus asesinos a sueldo y sus políticos serviles. Del otro, la Marrón, el Villazo del ’74, el plenario clasista de Riberas del Paraná, los compañeros presos, la militancia de las organizaciones de la época y el heroico pueblo de Villa Constitución y aledaños; en resumen, las nuevas direcciones obreras antiburocráticas y clasistas que luchaban por un presente y un futuro de liberación para nuestra clase.
Las asambleas votan la “huelga larga”
Mientras los trabajadores ocupábamos las fábricas éstas estaban acordonadas por los policías y nadie podía entrar. La triple A amedrentaba a los familiares, entraban en los domicilios de lo compañeros a saquearlos, y el odio popular crecía y nos reclamaba a los obreros para que nos uniéramos venciendo el cerco represivo. Fue así que las asambleas de Acindar, Metcon y Marathon votan por unanimidad desalojar las fábricas. Se generó una gran movilización de los obreros junto al pueblo que nos esperaba en la ruta ante la impavidez de los represores.
Fueron dos meses de duros enfrentamientos en los barrios, la represión seguía secuestrando y asesinando. El comité de huelga organizaba la resistencia con delegados en los barrios, con fondos de huelga, boletines de huelga, piquetes de autodefensa, asambleas relámpagos en distintos barrios y pueblos aledaños, paros regionales, con la adhesión de comerciantes y trabajadores de otras industrias. El 22 de abril de 1975 hubo una gran movilización que enfrentó a la represión donde cayó asesinado el compañero García y donde tuvimos varios compañeros heridos y más detenidos.
Dimos todo.
La represión no paraba y el hambre asolaba a los trabajadores y sus familias. Llevábamos cinco quincenas sin cobrar y los camiones que nos traían víveres producto de la solidaridad de otras partes del país eran interceptados en las rutas. Los sitios donde almacenábamos alimentos eran volados por bombas de los fachos. Al mismo tiempo las patronales mandaban miles de telegramas intimidándonos con el despido y por otra parte alentaban el carneraje. Pero había que seguir. Con todo adverso los trabajadores sus mujeres, sus hijos, los comerciantes y el pueblo todo demostraron un coraje y una valentía que los envolvió con dignidad por siempre.
La última asamblea
El Comité de Lucha y los delegados en los barrios peleábamos contra el desgaste y decidimos llamar a una asamblea para el 17 de Mayo en la cancha de fútbol del club Riberas del Paraná. La hacemos en medio de un fuerte despliegue represivo: el día anterior la guerrilla había matado al gerente de relaciones industriales de Metcon Martín Larzábal. Para entrar a la asamblea había que mostrar a la policía el carnet de afiliado a la UOM que ellos cotejaban con el padrón sindical (ese era el requisito para que nos dieran el permiso). Había tres propuestas: levantar la huelga en ese momento, continuarla por tiempo indefinido, o la que se votó, que era la que propuso Pepe Kalauz, integrante del Comité de Lucha y del PST, que planteaba prolongarla por 10 días más agotando las pocas instancias de negociación que nos quedaban.
En este apretado relato rendimos homenaje a todos los que directamente o con su apoyo desde lejos participaron en la Huelga, escribiendo esta página heroica en la historia de nuestra clase. Un homenaje a nuestros más de 70 compañeros asesinados durante y después de la Huelga, y durante el golpe de Estado, a quienes recordaremos cada día.
Antecedentes de la Huelga larga: el clasismo y las luchas
El mundo estaba sacudido por revoluciones y guerras. El triunfo de la revolución cubana y la derrota del imperialismo yankee a manos del ejército y el pueblo vietnamita son vientos huracanados para alentar las ansias de jóvenes y obreros en todo el mundo. En nuestro país, de controvertida historia, las luchas de obreros y estudiantes que enfrentaban a la dictadura de Onganía en 1969 – Cordobazo y Rosariazo- promueven un tipo de dirección del movimiento obrero totalmente distinta a la burocracia sindical peronista. Corrientes clasistas como Sitrac Sitram, dirigentes combativos como Tosco y Salamaca, Ongaro, Piccinini entre otros debatían la conformación de esa nueva dirección.
En 1974, luego de una gran huelga, los trabajadores de la UOM de Villa Constitución imponen una nueva dirección, la de la lista Marrón con Alberto Piccinini como secretario general de la seccional que agrupaba a trabajadores de Acindar, Marathon y Metcon, entre sus principales fábricas. Al igual que en el cordón industrial de la Pcia. de Buenos Aires, los obreros azucareros de la FOTIA en el norte del país, en el llamado cordón industrial de San Lorenzo, provincia de Santa Fe, surgieron comisiones internas y cuerpos de delegados combativos y que se reclamaban clasistas. Ese año, el 20 de abril de 1974, la comisión directiva de la UOM de Villa Constitución llama a un plenario nacional antipatronal y antiburocrático, que se realiza en una cancha de fútbol de Villa Constitución y al que asisten dirigentes, delegados y activistas de todo el país. El debate central que allí se planteó fue alrededor de avanzar hacia una forma organizativa superior. Por un lado, estaban los compañeros que sostenían que había que conformar una Coordinadora Nacional que posibilitara llevar adelante acciones comunes tendientes a levantar una alternativa a la burocracia sindical peronista, posición sustentada por nuestra corriente, Partido Socialista de los Trabajadores (PST). Por otro lado, estaban los compañeros que planteaban que aún no estaban dadas las condiciones para que madurara una organización. Así opinó la mayoría con Tosco, Salamanca, Di Pascuale y Piccinini..
Allí se perdió una posibilidad de avanzar en la organización de esa vanguardia combativa y en ese mismo año comienza a extremarse la represión del gobierno peronista de Isabel contra la vanguardia obrera. La propia seccional de la UOM de Villa, después de una feroz represión, es intervenida, y Piccinini y otros delegados son detenidos. En Córdoba, un golpe de la derecha peronista echa al gobernador y muchos dirigentes combativos, entre ellos Tosco, deben pasar a la clandestinidad. En tanto, la Triple A asesinaba cotidianamente a militantes y activistas de izquierda.
Oscar Pacho Juárez, integrante del Comité de Lucha de la Huelga, militante del PST y actualmente del MST.
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