sábado, 7 de marzo de 2015

Luchas del pueblo: A cuarenta años de la huelga de Villa Constitución (3)


Fragmentos, relatos, recuerdos...

Los trabajadores de la educación y la huelga de Villa
por Any Miniello Ferri

En esa época los docentes viajábamos en el TIRSA. Una línea de ómnibus que recorría desde Rosario hasta San Nicolás por la vieja ruta 9.
Pasaba por todas las localidades... Villa Gdor. Gálvez, Pueblo Esther, Arroyo Seco, Fighiera, Empalme Villa Constitución, etc etc.
Los docentes de la zona no alcanzaban para cubrir los cargos… por eso muchos rosarinos encontrábamos trabajo por allá.
Me recibí en marzo del 75 e inmediatamente empecé a trabajar en Empalme Villa Constitución y en Fighiera. Desde el ómnibus se veían las fábricas del importante cordón industrial, que continuaba hasta San Nicolás.
Día tras día y durante el viaje nos fuimos conociendo.... el maestro que bajaba en Pueblo Esther... la profe que iba a Arroyo...
En la escuela de Empalme se ‘sentía’ el clima de la huelga… hermanos, hijos, padres… casi todos los alumnos y gran parte del personal de la escuela tenían a un ser querido o conocido allí adentro.
Hablaban de las fábricas como algo ‘que les pertenecía a todos’, era parte de la vida diaria. Hasta usaban las palabras de los obreros, el turno tal o cual, el horno tal o cual…. El pueblo - la fábrica… la fábrica - el pueblo… casi una fusión.
Entre los trabajadores de la educación como – por fin!!! – empezábamos a llamarnos, también se discutía de política…. casi, casi, dando por sentado que todos éramos ‘zurdos’… y para todos la “revolución” era ansiada y esperada. Pero en algo nos diferenciábamos, y era en ‘el cómo’. 
Lucha armada o lucha de los trabajadores en sus puestos de trabajo? 
Algunas de mis compañeras que, al parecer, acordaban con métodos más radicales decían: 'yo ni loca me voy a arriesgar por un diarito' (era muy poco para ellas... )
Sin embargo, los militantes del PST (supongo que los de otras agrupaciones también lo harían) repartían sus periódicos y volantes a favor de la huelga, expresando sus posturas, sus análisis, sus pronósticos. Trabajaban por la huelga y, en solidaridad con la misma, organizaban colectas y vendían bonos (muchos futuros militantes se acercaron al partido gracias a esta campaña).
La postura era clara, de apoyo a la lucha obrera, en el lugar de trabajo, en la fábrica. Algunos de ellos, incluso, formaban parte de ese grupo obrero, trabajaban allí, y más tarde serían importantes dirigentes de la huelga, como lo fueron Pepe Kalauz y Pacho Juarez. 
A pesar de las opiniones desvalorizantes, no era fácil el reparto de materiales… la zona estaba muy custodiada, los ómnibus eran parados por los uniformados, pidiendo documentos o haciendo bajar a todos para ver ‘caras’ de sospechosos. Es así que las chicas optaron por llevar los periódicos al estilo ‘Modess’… (era la única marca de toallitas higiénicas que había en esa época),… cuidadosamente dobladitos, como para zafar ante una requisa rápida de los que paraban el TIRSA .
Mientras tanto, la discusión política de los docentes pasaba en gran parte por el apoyo a las centrales sindicales: UDA o CTERA. CTERA irrumpía – a partir del 73 -- como un sindicato docente clasista, y con su creación se concretaba la unidad de la docencia en todo el país. UDA era el sindicato oficialista, ‘mal visto’ por los trabajadores de la educación. 
La declaración de Principios de la CTERA (Huerta Grande, 1973) hablaba de la “democracia sindical”; hablaba de transformaciones necesarias para “eliminar la dependencia y concretar una sociedad justa”; hablaba del trabajador de la educación promoviendo el “avance social que posibilitará la auténtica liberación del hombre, la patria y los pueblos”.
A un año del comienzo de la huelga de Villa se vino el golpe del 76. En nuestro sindicato de Rosario – el SINTER –, los activistas casi que nos despedimos la noche anterior. Por un tiempo – hasta que pudimos – nos seguimos encontrando en bares, con mucho cuidado, tomando precauciones.
Antes de ese día nefasto, las asambleas en el SINTER eran un lujo de democracia sindical y jugoso debate. Los docentes que pertenecían a alguna agrupación, iban a la asamblea con sus direcciones partidarias, y entre debate y debate, los consultaban, discutían el marco político, etc etc. 
También se hacían citas con docentes de otras agrupaciones y sus direcciones políticas, para acordar propuestas, unificar posturas, o simplemente escucharse… 
Inclusive los obreros de las fábricas, los compañeros de otros gremios, encontraban su lugar en el sindicato docente, y participaban de las asambleas cuando era necesario coordinarse o unificar fuerzas para alguna lucha. 
NADIE ESCONDIA SU FILIACIÓN POLÍTICA!!!! Cada uno de los oradores de las asambleas se presentaba diciendo su partido o agrupación, “soy Juan del PRT”, soy Pedro del Peronismo de Base, soy Mario del Partido Socialista de los Trabajadores…. todo estaba muy politizado y nadie se alarmaba ante eso.
Después del Golpe empezamos a lamentar la ausencia de compañeros de los que ‘nada más se supo’. Era muy doloroso porque habíamos estado juntos en un bar, charlando una línea sindical, o lo habíamos visto en la asamblea expresando su moción.
Al maestro que bajaba en Pueblo Esther tampoco lo vimos más. Corría el rumor que tenía un hermano militante montonero, y que lo agarraron a él, para chantajear a la familia con el fin de que entreguen al hermano ‘comprometido’. Parece que así fue nomás y que el maestro, después de esa dura y triste experiencia partió para Francia."


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