Afganistán, Quo vadis?, por MCs. Luis Edel Abreu Veranes. Departamento de Historia. Universidad de La Habana
De los convulsos años setenta
Con una centralidad geográfica en el continente asiático se levanta el territorio de Afganistán que históricamente se ha convertido en corredor e intersticio civilizatorio entre imperios persas, indostánicos y pueblos que fluyen desde el norte, algunos de ellos turcófonos, que han marcado y modelado la síntesis étnica que hoy integra ese heterogéneo país centroasiático. Afganistán, en la actualidad con una población de más de treinta millones de habitantes, lo integra un conglomerado multiétnico cuyo grupo predominante son los pastunes seguido por los tayicos, hazaras y uzbecos. También existen etnias minoritarias como los baluches, turkomanos, nuristani, brahui entre otros que tienen menor peso demográfico y que se distribuyen por todo el país caracterizado por una diversidad topográfica del terreno que, también, ha permeado la identidad de estos pueblos.
Desde el punto de vista lingüístico el pashtu y el dari son las lenguas predominantes y oficiales de la nación, hablados por los grupos étnicos mayoritarios. La primera es una antigua lengua irania cuya escritura es a través de caracteres arábicos modificados y hablada por el pueblo del propio nombre que se encuentra en Afganistán y los grupos que comparten dicha identidad étnica del lado de la frontera de Paquistán. Mientras, el dari es una variante afgana del persa también conocido como farsi y es la lengua de varias de las etnias que integran el país, como los tayicos, los hazaras y otros grupos menores que tienen al dari como su lengua materna. Existen idiomas minoritarios como el hazaragi y el uzbeco y otras de menor peso en el conjunto de la población afgana.
Para tender una conexión directa con el fenómeno talibán en la historia contemporánea de Afganistán, se deben comprender los procesos estremecedores de la historia durante las últimas décadas en dicho país, principalmente aquellos que acaecieron a partir de los años setenta del siglo pasado. En la séptima década del siglo XX Afganistán se encontraba frente a la disyuntiva de la modernización en el contexto del poder monárquico de Zahir Sha, y algunas fuerzas políticas eran depositarias de esas tendencias modernizadoras. Uno de los personajes que representaron el interés por la modernización capitalista del país fue Mohamed Daud, emparentado con la monarquía y que había desempeñado altos cargos públicos durante el gobierno monárquico. Su alianza con sectores del ejército y otras fuerzas políticas de diferente signo ideológico nucleados en torno al movimiento del Club Nacional , le valió el apoyo para protagonizar el golpe de Estado en 1973. Fuerzas progresistas como el Partido Democrático Popular fundado en 1965 por Nur Mahamed Taraki, apoyaron inicialmente el golpe de Daud, cuya proyección modernizadora contrastaba con las fuerzas políticas del antiguo régimen. Al inicio de la gestión de su gobierno, el discurso de Daud estaba permeado de ideas relacionadas con un “socialismo afgano” o “socialismo nacional” que eran el reflejo del impacto internacional de dicho sistema en algunos sectores sociales de orientación progresista en Afganistán. En el poder este régimen experimentó un curso de empantanamiento, relacionado con la proyección moderada de algunos de sus aliados y del complejo panorama etno-religioso en el país de Asia Central, por el camino se fue orientando hacia un desenlace cada vez más conservador que abandonó aquella fraseología inicial y algunas de las medidas más progresistas fueron abandonadas, quedaron en el tintero o no se aplicaron de la forma correcta. Por su parte, el Partido Democrático Popular, de orientación marxista, había alcanzado gran arraigo en determinados sectores del ejército por su origen humilde, o porque algunos habían estudiado en la Unión Soviética, o ya sea por la misma labor del partido en este sector. Lo cierto era que para el año 1978 la gestión de Daud se proyectaba hacia una política represiva que desencadenó lo que se conoce como Revolución de Abril, un movimiento que condujo a los comunistas a la toma del poder, a través de un golpe de Estado al gobierno de Daud.