EL
MÉTODO DIALÉCTICO EN HEGEL (1770-1831)
Para
abordar la exposición de la dialéctica en este autor creemos necesario comenzar
recordando a “vuelo de pájaro” la taxonomía
general. Linneo[1]
propuso un sistema de categorías ordenado jerárquicamente, las categorías
menores dentro de las más grandes. De “menor” a “mayor”: Especie[2],
Familia, Orden, Clase, Filo. A estas se podrían agregar la categoría Género (entre Especie y Familia) y finalmente la categoría Reino, que las “engloba” a todas.
Para la lógica formal,
los conceptos más generales o universales son previos, lógicamente, a
los menos universales.[3]
Para tener la idea (concepto) de “caballo”, debo tener primero la idea (concepto)
de “animal”; es decir, el concepto de “animal” es lógicamente previo al de “caballo”,
o el de “planta” al de “rosa”. Podemos comprender qué es un animal sin haber visto
nunca antes un caballo (y lo mismo en el caso de la planta/rosa), pero no al revés.
Así, el conocimiento científico avanza y se
produce entonces quitando las diferencias (o lo que es lo mismo abstrayendo las diferencias, los
atributos, las determinaciones) de
los objetos o conceptos (por ejemplo si decimos que un caballo es un animal con
tales características o atributos —determinaciones—, quitando o eliminando
dichas características podemos obtener el concepto “puro” de “animal”, más
universal, pues puede corresponder a cualquier
animal). Es decir, se procede por abstracciones
sucesivas para ir llegando a conceptos cada vez más universales, más
abstractos, que quedan vacíos de diferencias, hasta llegar al concepto más
abstracto posible, que es el de “ser”,[4]
ya que es “lo común a todo objeto concebible en el universo”. No todas las
cosas que existen son materiales. Pero todas tienen ‘ser’. Todos los objetos son…” (Stace, 87). Esta es la más alta
abstracción posible, como decíamos, y ahora está vacía, pues no tiene ya
ninguna característica, ni atributos, determinaciones. A esto Hegel le llama el
“Universal abstracto” (aunque luego veremos que
no es abstracto sino concreto, es decir, no una unidad simple —como la idea de universal abstracto en Platón— que excluye las diferencias, sino una unidad
que contiene las diferencias).
Ahora bien, de este
Universal abstracto (género), ¿pueden ahora deducirse,[5]
derivarse, los conceptos menos universales (especie)?
Para ir nuevamente al
concepto de “caballo”, es decir para pasar del género a la especie, debo
dotarlo de las características o atributos o diferencias correspondientes para hacer de ese “animal” un “caballo”;
es decir, debo agregar las determinaciones correspondientes a “caballo” (es
como decir “el caballo es un animal determinado, con determinadas
características”). Debe agregarse la diferencia
al género para que este se convierta en especie.
El orden de progresión
será entonces género-diferencia-especie. No se trata de agregarle “desde
afuera” la diferencia o determinación al concepto que se trate. Cuando decimos que
debe agregarse la diferencia o determinación, significa que esta debe ser “agregada”
desde dentro del propio concepto, es
decir que debe proceder del concepto mismo, debe estar contenida en él, para
generar el menos universal. Pero habíamos dicho que el “universal abstracto”
había quedado vacío de diferencias,
de determinaciones, por lo cual no puede entonces contener dicha diferencia. La
filosofía y lógica formal se vieron enfrentadas a este problema. Esta es la
pregunta que también se hizo Hegel: si era posible derivar (deducir) de
conceptos más universales (o abstractos), los menos universales o dicho de otro
modo, si se podía generar, deducir, la/s especie/s
del universal (o género). Hasta ese
momento, toda la filosofía había respondido negativamente a esta pregunta, o no
había encontrado la forma de avanzar en este sentido. Aquí es donde Hegel
aporta la solución demostrando que esto es posible, siendo este el enorme
aporte de su lógica dialéctica, el “principio central de la filosofía hegeliana”
(Stace, 88). Hegel sostiene que no es cierto que el universal excluya
absolutamente la diferencia (para él, un concepto puede contener su propia
diferencia escondida [ hidden away] dentro de sí), ni que este opuesto pueda
ser extraído o deducido de él, haciendo el trabajo de la diferencia, y convirtiendo
el género en especie (por eso decíamos antes, que éste era en realidad un Universal concreto). En Platón, el
Universal es una unidad simple, no contiene las ideas más bajas. En Hegel, las categorías más altas contienen a las más
bajas).
Veamos entonces,
apoyándonos siempre en Stace, cómo procede el sistema hegeliano: habíamos dicho
que la categoría inicial de donde había que partir (puesto que es la más
general, la más abstracta, la más universal, a la cual habíamos llegado por un
proceso de abstracción de todas las
diferencias o determinaciones) era el ser.
Este es entonces absolutamente indeterminado,
sin ningún atributo, diferencia o característica. Está vacío, no tiene contenido alguno. Es la ausencia completa y total
de toda cualidad o carácter. Esta ausencia de todo es simplemente la nada. El ser, entonces, es lo mismo (es idéntico) que la nada. Y el puro concepto de ser contiene,
como vemos, la idea de la nada.
Mostrar que una categoría contiene a otra es deducir esta última de aquella. Así, hemos deducido la categoría nada de la categoría ser (está claro aquí que este ser, en tanto categoría abstracta, no es
un ser particular, un objeto, como
podría ser este caballo, por ejemplo.
Aquí se habla de la pura idea de ser (si
queremos seguir con este ejemplo, después de que al objeto caballo le quitamos
o abstraemos los atributos/diferencias/características que contiene, es decir,
la forma, el color, la contextura, etc., queda solamente el ser indeterminado).
Desde el momento en que
ser y no ser o nada son lo
mismo (son idénticos), cada uno se pasa
al otro, se transforma en el otro. Ser
pasa a nada y nada pasa a ser. A
consecuencia de esta desaparición de cada categoría en la otra, tenemos
envuelto aquí un tercer pensamiento o categoría: la idea de pasaje del ser a la
nada y viceversa. Esta es la categoría
de devenir. Entonces, estas son las
tres primeras categorías del sistema hegeliano, la primera tríada:
ser-nada-devenir (correspondientes a género-diferencia-especie,
respectivamente). El ser es el género. Devenir es un tipo especial de ser y, en
consecuencia, es una es una especie
del mismo. La primera categoría es siempre una categoría afirmativa: se
sostiene, se presenta siempre como una aserción,
p. ej. ser, es. La segunda es siempre una categoría negativa, que niega lo que
la primera afirma, p. ej. no-ser, no es. Y esta no es traída “desde fuera”
de la categoría sino desde dentro de ella; es decir, es deducida (porque estaba
contenida, aunque como veíamos “escondida” en ella). Entonces, la primera
categoría contiene su opuesta y es idéntica a ella. En este punto ambas
categorías están confrontadas y son contradictorias una con otra. Pero es
imposible sostenerse en esta contradicción, pues supone que categorías opuestas
son aplicables a la misma “cosa” (u objeto) en el mismo momento. Significaría
decir que algo es y admitir que al
mismo tiempo no es. Puesto que si el ser involucra (contiene) al no-ser,
entonces si algo tiene ser, es decir es,
tiene al mismo tiempo no-ser, es decir no
es. ¿Cómo puede ser posible que una cosa sea y no sea (al mismo tiempo)? La
respuesta es que es y no es cuando deviene. La categoría devenir
resuelve la contradicción, reconcilia las categorías opuestas precedentes. La
tercera categoría contiene la oposición de las categorías precedentes, pero
también su armonía y unidad. Las tres categorías son llamadas a veces
tesis-antítesis-síntesis.[6]
Este proceso continúa ininterrumpidamente, pues la Razón no puede detenerse en
lo que es auto contradictorio (es decir las primeras dos categorías), y es
forzado, impelido a ir hacia adelante hasta llegar a la “síntesis”. [7]
En la tercera categoría vemos que la
identidad no es la entera verdad y que la diferencia tampoco, sino que la
verdad es la identidad en la
diferencia, es decir, el devenir, que
combina la identidad y la diferencia.
El primer término es
para Hegel inmediato, caracterizado por la inmediatez. El segundo término es
mediato, caracterizado por la mediación. El tercero, el devenir, es la combinación de la mediación en una nueva inmediatez.
Las dos primeras categorías se median
una a la otra. La mediación es lo mismo que diferencia, división, distinción.
Con el tercer término, devenir, las diferencias son absorbidas nuevamente en
una identidad (es decir, esa especie a la que se llegó, constituye ahora un
género del que deberá partir nuevamente el proceso). Pero hay que tener en
cuenta que esta tercera categoría abole
y preserva a la vez todas las
distinciones dentro de su unidad, la diferencia del ser y del no-ser. Esta
doble operación de abolir y preservar a la vez es expresada por
Hegel con el término aufheben, o el
correspondiente sustantivo: aufhebung.[8]
Agregaremos para
terminar una muy breve descripción del tratamiento del propio Hegel en su Enciclopedia de las Ciencias Filosóficas.
Dice Hegel que “lo lógico, según la forma, tiene tres
lados: a) el abstracto o propio del entendimiento; b) el dialéctico o racional-negativo;
c) el especulativo o racional-positivo. Estos tres lados,
prosigue, son tres momentos de todo lo
lógico-real, es decir, de todo concepto o de todo lo verdadero en general”
(2005, §79).
[1] Carlos Linneo o Carl Linnæus (1707-1778) fue un científico naturalista, zoólogo y botánico sueco, considerado como el fundador de la taxonomía (métodos y principios para la delimitación y clasificación de tipos de organismos).
[2] “…especies como la de los perros
dentro de familias como la de los cánidos, dentro de órdenes como el de los
carnívoros, dentro de clases como la de los mamíferos, dentro de phyla
como la de los vertebrados”. (Gould, 2014:345).
[3] Para toda esta
sección nos apoyaremos fundamentalmente en W. Stace y su exposición
“sistemática” de la filosofía hegeliana (Stace, 1955).
[4] También ser será la primera categoría del sistema de Hegel. Este se
organiza en tríadas, como veremos a
continuación.
[5] Aquí empleamos deducción
en el sentido que tiene en la lógica formal: el consecuente debe estar comprendido en la razón o antecedente. No
se puede obtener algo de la nada, y no se puede obtener, sacar, de una cosa
algo que no está en ella (Stace, 89). En el mismo sentido, pero con otros
términos, podemos apoyarnos en el estudio de la determinación realizado por Mario Bunge (Bunge, 1996): la determinación como
principio explicativo, puede definirse y defenderse, según Bunge, si se admite
que “los acontecimientos ocurren en una o más formas definidas (determinadas),
que tales formas de devenir no son arbitrarias sino legales y que los procesos
a través de los cuales todo objeto adquiere sus características se desarrollan
a partir de condiciones preexistentes” (Op. Cit., 30). En esta concepción se
destacan dos componentes fundamentales: la legalidad y la productividad.
El principio de productividad o génetico consiste en que “nada sale
de la nada ni se convierte en nada”, que “no existen comienzos
absolutos, ni finales absolutos”; es decir, niega la sucesión de
hechos sosteniendo en cambio su producción o, en otras palabras, combate
la idea de la generación de acontecimientos ex nihilo (Op. Cit., 46-47).
[6] Aunque estos no
son términos del lenguaje de Hegel sino de Kant, y divulgados de manera errónea
atribuyéndoselos a Hegel, entre otros, por Marx. Asimismo Stace, a quien
venimos siguiendo en esta exposición, incurre en la misma distorsión (Stace: 115). Para
un mayor desarrollo de este punto, ver Mueller, 1958. De todas formas, una
lectura cuidadosa de “Miseria de la filosofía”, texto al que Mueller atribuye
dicha distorsión por parte de Marx, no abona tal imputación, ya que Marx se
limita a explicar, crítica e irónicamente, el “método Absoluto” de Hegel y, a
partir de este, al de Proudhon, cuya “demolición” se propone (Marx, 1923:
58-62).
[7] Idem. nota anterior.
[8] El concepto hegeliano
de aufheben (como verbo) o aufhebung
(como sustantivo) ha sido empleado en nuestro medio, entre
otros, por Samaja, en distintos momentos de su obra. Para este autor puede ser
definido brevemente como la supresión/conservación/superación de un estrato o
momento de un ser por otro más rico y complejo, de mayor nivel de integración,
que regulará como momento reproductivo, de manera “descendente”, toda la cadena
de procesos de la Reproducción, tanto Biológica como Comunitaria, Societal y
Civil (Cfr. Samaja, 2004: 89-90 y 99; 2000: 79).
Bibliografía
Bunge, Mario. La Causalidad. El
principio de causalidad en la ciencia moderna. Edit. Sudamericana, Bs. As. 1996
(1.ª Edic. en Inglés, 1959).
Gould, Stephen. J. El hombre que inventó la historia natural. Revista de Economía
Institucional 16, 31, pp. 341-358. 2014.
http://www.scielo.org.co/pdf/rei/v16n31/v16n31a16.pdf (consultado el 8/12/2018).
Hegel, Georg W.F. Fenomenología del Espíritu. FCE Edit. Bs
As. 1992.
_______. Enciclopedia de las Ciencias Filosóficas. Alianza
Editorial, Madrid. 2da Reimpresión, 2005 (1.ª Edición en alemán de 1817).
Traducción al español: R. Valls Plana.
Lenin, Vladimir. On
the cuestion of dialectis. En: Philosofical
Notebooks, Vol. 38, Collected Works. Foreign Languages Publishing
Houses, Moscow. 1961.
______. Conspectus
of Hegel’s book ‘The science of Logic’.
En: Philosofical Notebooks, Vol. 38, Collected Works. Foreign Languages
Publishing Houses, Moscow. 1961.
______. Lenin Collected Works. Progress Publishers. 1977, Moscow, Volume 19, pages 552-558. https://www.marxists.org/archive/lenin/works/1913/dec/x01.htm (consultado el 8/12/2018).
Mueller, Gustav E. The Hegel Legend of "Thesis-Antithesis-Synthesis".
Journal of the History of Ideas, Vol.
19, No. 3 (Jun., 1958), pp. 411-414. http://www.jstor.org/stable/2708045
(consultado el 15/3/17).
Samaja, Juan A. Epistemología
y Metodología. Elementos para una teoría de la
investigación científica. Eudeba. Bs. As. 1999
(1.ª Edic. 1993).
_______. Semiótica y Dialéctica. JVE Ediciones, Bs.
As. 2000.
_______. Epistemología de la Salud. Reproducción
Social, subjetividad y transdisciplina. Lugar Editorial, Bs. As. 2004.
Stace, Walter T. The
Philosophy of Hegel. A systematic exposition. Dover Publications, Inc. New
York. 1955.
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