viernes, 19 de diciembre de 2025

"Declaración de Ruben Um Nyobé a la prensa francesa" (noviembre de 1956), traducción de Mila Kobryn (UNR)

Texto original en francés tomado de:  Um Nyobé, R. (1984). Le problème national kamerunais. (J.A. Mbembe, Ed.). París: L'Harmattan. (1)



"Tanto la Carta de las Naciones Unidas como el Acuerdo de Tutelaje sobre Camerún (Acuerdo de Fideicomiso, 1946) estipulan que el objetivo del régimen internacional de tutelaje que se nos aplica es el acceso del país a la autonomía o la independencia de conformidad a “las aspiraciones expresadas libremente por los pueblos”.

Durante seis años, la Unión de los Pueblos de Camerún (UPC) ha señalado la cuestión del restablecimiento de las fronteras del país anteriores a 1914 y la adhesión del Camerún unificado a la Independencia. Desde el principio, esta aspiración naturalmente ha sido combatida por los dos poderes administrativos (Francia y Gran Bretaña), cuya política, en primer lugar, tuvo como objetivo integrar la parte oriental de Camerún al imperio colonial francés y en segundo término incluir la parte occidental en la Federación de Nigeria.

A pesar de la represión y la corrupción, la UPC se organizó, se afirmó y se impuso como el único movimiento nacional digno de ese nombre en todo Camerún. Es entonces que el gobierno francés, después del fracaso de las tentativas de sofocar el problema camerunés frente a las Naciones Unidas, resolvió liquidar el nacionalismo camerunés por la fuerza, fomentando y dirigiendo las masacres de mayo de 1955 y prohibiendo arbitrariamente los tres movimientos populares: la UPC, la Unión Democrática de las Mujeres de Camerún (UDEFEC) y la Juventud Democrática de Camerún (JDC).

Sin embargo, ya el 8 de julio de 1955, es decir, cinco días antes de que se firmara el decreto que prohibía los tres movimientos ya mencionados, el Gobernador de las Colonias Roland Pré, quien condujo el sangriento episodio de mayo, reconoció frente a la prensa francesa que Camerún sufría un vacío político tras la liquidación de la UPC, de la CGT y de los otros movimientos que se opusieron a la integración del país en la Unión francesa.

"Entrevista a Ruben Um Nyobè (1) en el maquis (2) de Camerún, por René Mauries" (1956), traducción de Mila Kobryn (UNR)

Texto original en francés tomado de:  Um Nyobé, R. (1984). Le problème national kamerunais. (J.A. Mbembe, Ed.). París: L'Harmattan.




- El principio de independencia de Camerún es reconocido por Francia. ¿Cómo piensa la evolución de las relaciones entre su país y Francia en el plano económico, financiero y cultural?

Una vez reconocido el principio de independencia, su implementación tendrá como resultado la formación de un gobierno nacional camerunés que estará habilitado a realizar acuerdos económicos, financieros y culturales con Francia, sobre la base de una total igualdad y para beneficio mutuo de ambas partes.

- La unificación de las dos Camerúns parece derivarse automáticamente de la Independencia. ¿Piensa que debe ser algo inmediato o evolucionar, como sostiene una expresión conocida, en una “realización progresiva”?

El verdadero problema, el problema concreto y candente en el momento actual, es el de la independencia inmediata. Es sobre esa base que se podrán iniciar conversaciones fructíferas con las autoridades francesas y británicas.

Políticamente hablando, el concepto de “realización progresiva” no resulta válido cuando se trata de la independencia y de la soberanía nacional, porque estos son derechos naturales e indivisibles de todos los pueblos del mundo, por lo que ningún país tiene la potestad de restringirlos como un favor hacia un pueblo que ha sido privado de ellos por la fuerza, como es el caso aquí. Por el contrario, los procesos históricos de todos los países del mundo no son otra cosa que la “realización progresiva” de la independencia. Nuestro país, que comenzará su vida como un país subdesarrollado, pretende asumir esta “realización progresiva” en el marco de una soberanía plena.

lunes, 20 de octubre de 2025

"Maternidades, decolonialidad y otredades en “Canción dulce” y “El país de los otros” de Lëila Slimani", por Claudia Mirian Correa



[Fotografía tomada de lavanguardia.com]


Ficha didáctica


Las obras de Leïla Slimani “Canción dulce” y “El país de los otros” abordan temáticas vinculadas a las mujeres, en particular al cruce multicultural entre la mujer marroquí, su estatus en una sociedad islámica patriarcal y la mujer europea, también señalada por otras limitaciones en un ambiente acechante y vulnerable. Ambas obras fueron editadas en castellano por Cabaret Voltaire. Particularmente la autora realiza un anclaje crítico en la ubicua problemática de las maternidades, en las contradicciones que entraña el ejercicio de ese rol y en cómo es asumido desde diferentes lugares marcados por la raza, la clase social y el género. Especialmente se enfoca, como lo expresa Lina Meruane en su ensayo “Contra los hijos”1, respecto al lugar idealizado de la mujer madre todopoderosa. Nos muestra un relato mordaz y feminista en este sentido, que más adelante retomaremos. Existe un tono caústico que recorre ambas obras. Asimismo es importante destacar que utiliza una mirada interseccional al trabajar ese vínculo decolonial*. También podríamos decir que la salida a la luz de la voz y las acciones de las mujeres, otredades invisibilizadas, es permanente. La muerte, la guerra, el asesinato, las violencias y los problemas en la salud mental de las mujeres son algunos de otros tópicos tocados.


    La escritora franco marroquí, Leïla Slimani, empieza su camino literario con la obra “En el jardín del ogro” de 2014. Nació en Rabat, Marruecos, en 1981, su padre fue un diplomático marroquí y su madre franco-argelina. Es por ella una escritura que navega entre dos mundos. Vivió en Marruecos, en un ambiente de clase alta y con libertad, hasta culminar el Liceo y luego viajó a París, donde realizó estudios políticos y posteriormente otros sobre medios de comunicación. Trabajó además como periodista en L’Express y Jeunne Afrique hasta volcarse en la actualidad por completo a la literatura. Vive actualmente en Francia.

*El término se refiere, en este contexto, a una corriente del feminismo que analiza las impresiones desde una perspectiva que supera los análisis de género para incluir las de raza, clase y colonialidad del poder (esta última impuesta por el etnocentrismo).

lunes, 29 de septiembre de 2025

"Chimamanda Ngozi Adichie. La potente voz de una escritora afroamericana, entre cambios y migraciones", por Claudia Miriam Correa*

 *Claudia Correa es profesora de historia, graduada en la UBA y docente del nivel medio y superior así como de la Universidad Arturo Jauretche. Se ha especializado en los últimos años en los estudios de género de las mujeres africanas y afrodescendientes.

 “Para este país

  traje

  el  color de mi piel

  mi  pelo rizado

  mi  idioma materno

  mis comidas favoritas

  en la memoria de mi lengua”

  Para este país, Lubi Prates


Introducción

Este escrito fue elaborado para ser presentado en las XVIII Jornadas Inter Escuelas de Historia realizadas en Santiago del Estero en el año 2022. En particular me resultó importante el hecho de poder reivindicar lo afrodescendiente desde una perspectiva que vincula el género con la raza y la clase social. Nada más grato que hacerlo de la mano de la vasta obra literaria de Chimamanda Ngozi Adichie. Una joven escritora nigeriana nacida en 1977 en Enugu, Nigeria, en el seno de una familia de la etnia igbo, hija de padres universitarios. Sus progenitores fueron Grace Ifeoma y James Nwoye Adichie. Ella en 1996 obtuvo una beca para estudiar Comunicación y migró a Estados Unidos a estudiar en la Universidad de Drexel. Allí experimentó en carne propia la diáspora. Incluso como lo indica en “El peligro de la historia única” (2009), es allí donde se define como africana. Ella había crecido como una lectora precoz en un campus universitario del este de Nigeria, Nsukka, recorriendo historias cuyos protagonistas eran extranjeros, norteamericanos y británicos, blancos y de ojos azules. Es decir que estuvo siempre cruzada por una visión eurocéntrica. El idioma oficial de Nigeria era el inglés. Adichie manifestó que la historia única de África provino de la literatura occidental. En 1561 el navegante londinense John Lok llega a África Occidental y describió a los africanos negros como “bestias sin hogar”. Y a partir de allí se cimentó una tradición del África subsahariana como un lugar de oscuridades, de diferencias y limitaciones. Ella le puso un nombre proveniente de la lengua materna, igbo, nkali a esa visión del relato único: “ser más grande que otro”. Todo se define en una historia que sigue ese principio del nkali, o sea según el modo en que se cuenta, quién la cuenta, en qué momento lo hace y cuántos la cuentan, entre otros puntos. Son las estructuras subyacentes del poder las que generan la mirada, según en qué extremo nos colocamos si en el de las clases o pueblos dominantes o en el de las clases o poblaciones dominadas. Pero gracias a escritores africanos como Chinua Achebe y Camara Laye su percepción del otro en la literatura cambió y pudo encontrarse con personajes como ella, de piel negra, en espacios similares al suyo.

     Asimismo me siento profundamente emocionada por haber realizado el Taller de Lectura Afro, coordinado por Luciana De Mello, periodista cultural de Página 12, durante octubre y diciembre de 2021, ya que gracias a este hermoso espacio pude conocer abundante y novedosa bibliografía sobre esta temática que utilicé para enriquecer la trama de esta investigación y también mis clases de Historia en los segundos años de secundaria, que abordan la Modernidad. Gracias a ella he conocido a autoras afrodescendientes como Lubi Prates, brasileña, cuyo libro de poemas “Un cuerpo negro” me pareció muy relevante para esta ponencia porque recoge las experiencias de desarraigo de aquellas mujeres que tienen que migrar. Poniendo gran énfasis en el pasado esclavista.

     Por otro lado, me parece importante entender a África como un vasto, diverso y potente continente y no como un “país”, de forma reduccionista, porque ello nos ayuda a ahondar en la complejidad de sus realidades y a visibilizar la riqueza de sus contradicciones. Reconociendo la dinámica de estas sociedades y sacándolas del lugar del prejuicio, el estereotipo y el inmovilismo. Especialmente nos  ayuda a comprender el contexto histórico que pone de relieve problemáticas tales como la esclavitud, el racismo, la misoginia y el colonialismo. El mismo contexto que le pone el nombre de civilización  a lo hegemónico, y que degrada lo autóctono como barbarie. Chimamanda Ngozi Adichie destaca en sus intensos protagonismos femeninos las resistencias frente a estas estructuras desiguales que producen aquellas problemáticas. Ifemelu en “Americanh” e Ifeoma en “La flor púrpura” son claros ejemplos de ello. Además en ambos personajes, mujeres negras, encontramos la potencia de la palabra, la fuerza de la acción, la certeza de la diáspora y la imposición de una migración que visibiliza estas situaciones. Y sobre todo muestra que siguen siendo actuales, el racismo, la misoginia y el colonialismo, más allá de los principios liberales que se enarbolen en las metrópolis como Estados Unidos o Gran Bretaña. 

    Tomaremos en este escrito los planteos teóricos que trabajan desde una perspectiva no eurocéntrica. Primeramente al filósofo camerunés Achille Mbembe plantea, en su libro “Necropolítica”, que “el capitalismo racial es el equivalente a una vasta necrópolis que descansa en el tráfico de muertos y de osamentas humanas”, algo que sucede bajo un neoliberalismo que, fusionado por primera vez con el animismo, captura, devasta y saquea un mundo cuyo drama ya no reside en una multitud explotada, sino en su expulsión del sistema y su conversión en humanidad superflua y prescindible para las necesidades del capital. Luego, a Rita Laura Segato que aporta, con su indudable evocación del sociólogo peruano Aníbal Quijano, el concepto de colonialidad del poder (“Crítica de la colonialidad y otros ensayos”). A partir de la llegada de los europeos a América, desde fines del siglo XV, concomitante a las primeras excursiones sobre África que culminarán en la trata de esclavos, se inicia la Edad Moderna. En el contexto de la Modernidad es que aparecen definidas Europa, Portugal, España, América y África. Así como lo indio y lo negro. Pero para el caso de América hay una fundación única de un Nuevo Mundo como una categoría central a diferencia de África y Asia, que surgen de un modo periférico. En el concepto de colonialidad del poder está inscripto el eurocentrismo, que para el caso de las novelas de Adichie se vincula al sometimiento a estructuras de dominación que tienen que ver con el imperialismo inglés, tanto de Gran Bretaña como de Estados Unidos. El mismo se asienta en la inferioridad racial de los colonizados. Es decir que esto nos lleva a la noción de racismo, es decir, la jerarquización y atribución de valor desigual tanto a las personas, su trabajo y sus productos, en este caso con intervención especial del color de la piel. Tanto las normativas como las pautas de existencia de quienes son sometidos y oprimidos, los condenados de la Tierra, son devastadas, discriminando saberes y producciones, reduciendo civilizaciones, valores, capacidades, creaciones y creencias. Y finalmente nos conectamos con otros conceptos como género y patriarcado, que para el caso africano implican que en adelante el lugar de las mujeres de razas inferiores quedó estereotipado junto al resto de sus cuerpos, debilitado y marginal.

    En su libro “¿Acaso no soy yo una mujer?”, Bell Hooks refiriéndose a la devaluación sistemática de la mujer negra en Estados Unidos, encuentra el origen de dicho menosprecio en el aplastamiento de la condición de las mujeres negras en la violación de las esclavas, durante el período colonial. La persistencia de esa estigmatización produjo un sesgo sexista y racista, que hace mirar a la mujer negra como un ser de poco valor y valía, sexualmente depravada e inmoral. En los cuentos cortos de “Algo alrededor de tu cuello”, Adichie, a menudo trabaja sobre ese estatus degradado con el que se percibe a las mujeres negras migrantes. La misma Ifemelu en “Americanah” al llegar a Estados Unidos sin dinero y con escaso apoyo de su tía residente se ve obligada a pasar por una situación de abuso. En “Todas tendríamos que ser feministas” cuenta una anécdota de su infancia en Nigeria, en la cual su profesora de primaria promociona la aprobación de un examen con la mejor nota para el ejercicio del cargo de monitor o delegado de la clase. Ella obtiene la mejor calificación pero no puede hacerlo porque solo los varones podrían ejercerlo.

     Del mismo modo la violencia ocupa un lugar central en la obra de Adichie. En su “Tipología de la violencia”, Byung-Chul Han, en “Macrológica de la violencia” nos habla de las diferencias entre violencia y poder. Mientras el poder construye un continuo de relaciones jerárquicas, la violencia genera desgarros y rupturas. El poder une y encaja mientras que la violencia genera transgresión y delito. Mientras el poder se inclina hacia el otro hasta doblegarlo, la violencia se inclina hacia el otro hasta quebrarlo, destruye su espacio. Tanto la violencia como el poder, son estrategias para neutralizar la otredad. Este desgarro, este corte lacerante, está sumamente presente en la obra de Adichie en ese proceso de neutralización de la otredad. La flor púrpura es uno de los ejemplos más acabados de ello.

    La propuesta de esta investigaciónno seguirá la línea cronológica de la obra de la autora  ni tampoco dará un panorama pormenorizado de los argumentos de la misma. Apenas sugerirá la lectura de estos libros y un estudio comparado de los mismos. Entendidos como bildungromans” o novelas de aprendizaje, pero desde una perspectiva crítica y “short stories” o historias cortas. Los artículos sobre las diferentes novelas y relatos de Adichie que conseguí para analizar están casi todos escritos en inglés, salvo unos pocos en portugués y uno en castellano, por lo cual me he visto en la obligación de realizar una traducción de ellos. Algunos hindúes, otros alemanes y uno etíope. La labor consistirá en trabajar primero con sus dos más grandes novelas históricas “Medio sol amarillo” (2006) y “Americanah” (2013), ya que fueron las que pude leer durante el aislamiento obligatorio en el 2020, para luego focalizar en los relatos cortos de “La flor púrpura” (2003) y los cuentos de “Algo alrededor de tu cuello” (2009). Finalmente introduciremos las narraciones de otras dos nigerianas recientemente traducidas al castellano por la Editorial Empatía: la novela “Las delicias de la maternidad” de Buchi Emecheta y el libro de cuentos “La felicidad, como el agua” (2020) de Chinelo Okparanta. Realizaremos una comparación de “La flor púrpura” con “Las delicias de la maternidad” (1979) y “Algo alrededor de tu cuello” con “La felicidad como el agua” ((2013). La razón de esta elección radica en que las dos primeras son las novelas históricas más largas que ha realizado, planteando gran parte de los conflictos que ya hemos señalado más arriba y el resto de los trabajos son relatos cortos pero no menos interesantes, que muestran el delicado equilibrio entre la vida en Nigeria y la que implica la relación migrante, tanto en Norteamérica como en Gran Bretaña.

jueves, 28 de agosto de 2025

Ahmed Sékou Touré (Conakry, 1959): “El líder político considerado como representante de una cultura”, traducción de Ramiro de Altube (UNR)

Tomado de (con autorización y en colaboración): “(1959) Sekou Touré, 'The Political Leader Considered as the Representative of a Culture,'” BlackPast, https://www.blackpast.org/global-african-history/1959-sekou-toure-political-leader-considered-representative-culture/"  

"El 2 de octubre de 1958, Ahmed Sékou Touré proclamó la independencia de la República de Guinea y se convirtió en su primer presidente. Un año más tarde, dio un discurso en Conakry, la capital, en el que subrayó el rol de los líderes políticos en reflejar y desarrollar la cultura de sus naciones. Ese discurso aparece a continuación (1).

(2)


“Desde que la cultura no es una entidad ni un fenómeno que esté separado o sea separable de un pueblo, los líderes políticos que, de manera libre y democrática, han adquirido la confianza de ese pueblo con vistas a dirigirlo por el camino que ha elegido son, al mismo tiempo, la expresión de las aspiraciones de su pueblo y los representantes o defensores de sus valores culturales.

La cultura de un pueblo está necesariamente determinada por sus condiciones materiales y morales. El hombre y su entorno constituyen un conjunto.

Cada pueblo libre y soberano se encuentra posicionado en condiciones más favorables para la expresión de sus valores culturales que un país colonizado, privado de toda libertad, cuya cultura sufre las nefastas consecuencias de su estado de sujeción. Tanto se trate de un pueblo libre o de un pueblo colonizado, el líder político que verdaderamente sigue siendo la expresión auténtica de su pueblo es aquel cuyo pensamiento, sentido de la existencia, conducta social y objetivos de acción están en perfecta armonía con las características de su pueblo.

Ya sea que tienda, con espíritu conservador, a asegurar el mantenimiento del antiguo equilibrio económico, social y moral, o de una manera revolucionaria, a reemplazar las viejas condiciones por nuevas más favorables al pueblo, el líder político es, por el hecho mismo de la comunión de ideas y acción con su pueblo, el representante de una cultura. Esa cultura puede ser reaccionaria o progresista de acuerdo con la naturaleza de los objetivos establecidos para la acción del movimiento político con los que el pueblo se ha comprometido.

El hombre, antes de convertirse en líder de un grupo, un pueblo o un partido del pueblo, ha hecho inevitablemente una elección entre el pasado y el futuro. De esta manera, representará y defenderá los valores, o bien, sostendrá y dará impulso al desarrollo y al constante enriquecimiento de todos los valores de su pueblo, incluidos los valores culturales, que, por su contenido y su forma, expresarán las realidades de las condiciones de vida del pueblo o la necesidad que el pueblo experimenta o siente de una transformación.

En consecuencia, cualquiera pueda ser el carácter fundamental de una cultura, reaccionario o progresista, el líder político que es libremente elegido por un pueblo, mantiene un vínculo natural entre la acción y la cultura propia de su pueblo, ya que, en cualquier caso, no podría actuar efectivamente sobre el pueblo si dejara de obedecer las reglas y valores que determinan su comportamiento e influyen en su pensamiento (the rules and values which determine their behaviour and influence their thought).

¿Por qué los grandes pensadores del capitalismo no son aceptados por los pueblos que han elegido otras formas de evolución? Los líderes de las democracias populares no podrían representar una cultura en esencia capitalista, por la sencilla razón de que sus pueblos han elegido el sistema socialista.

La cultura árabe es igualmente diferente de la cultura latina por el hecho de que los pueblos árabes y los pueblos latinos obedecen a diferentes pensamientos y reglas de vida (obey different thoughts and different rules of life).

domingo, 21 de julio de 2024

Sobre el concepto y modos de representar problemas de salud, por Mario A. Chavero

Sobre el concepto y modos de representar problemas de salud [1]                                                                          

Mario A. Chavero (Julio 2024).

 

A Débora Ferrandini (1962-2012), in memoriam.

 

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En este trabajo realizaremos un análisis del texto “Algunos problemas complejos de salud” de Débora Ferrandini y algunas consideraciones sobre la importancia de la dimensión teórico-conceptual para la praxis en salud.[2]

 

I) Críticas a algunas definiciones de salud

Al inicio de su escrito (Ferrandini, 2011) la autora realiza una crítica a la idea de la salud en tanto “ausencia de enfermedad”. Emplea una metáfora bélica para graficar la respuesta asistencial-médica que se deriva de esta visión: “... se trata de identificar un enemigo y organizarse como un ejército disciplinado para combatirlo ... [para esta lógica existen] enemigos … armamentos … estrategias de guerra … tropas … batallas” (p. 1).

A continuación aborda la definición según la cual la salud es el “completo bienestar físico, psíquico y social”,[3] refutando la misma por irrealizable y absurda: nadie puede lograr ese estado a riesgo de estar “completamente loco”. Ferrandini (2011) se pregunta por la factibilidad del cometido, de la misión de la medicina que el uso de esa concepción, genera o condiciona en el profesional, y concluye que quizá se haya exigido a la gente

 

que haga cosas imposibles: que no corran ningún riesgo. Les enseñamos que se comporten de determinada manera: que no coman ésto o aquello, cuidado como tienen las relaciones sexuales (y con quien!), que hagan ejercicio, pero no demasiado, que cuiden sus viviendas de la contaminación, que cuidado al cruzar la calle o al andar en moto ... como si las personas fueran absolutamente libres de elegir como vivir, como si las actitudes individuales fueran suficientes para construir modos de vida saludables. Cuántas veces damos consejos e indicaciones a gente que no puede llevaras a cabo por sus condiciones materiales de vida. Cuántas veces le pedimos a gente que no puede elegir qué comer que siga dietas evitando tal o cual alimento; o a jóvenes ocupados en escapar de las balas de otros jóvenes o de la policía que usen preservativos para evitar enfermedades que los matarían años después. Pero como todos sabemos que el estado de completo bienestar es imposible de lograr, que los consejos que repetimos sean imposibles de cumplir no nos detiene... . (p. 1. Énfasis añadido)

 

En todo este desarrollo la autora alude a la teoría del estilo de vida (Tesh, 1988; Krieger, 2011), sin nombrarla, sin designarla con ese nombre. Esto es muy importante pues aquí podemos ver claramente el procedimiento realizado por la autora: el reconocimiento, la identificación, de una concepción, en este caso desde una postura crítica, y la posibilidad de diferenciar en este sentido el concepto del término o palabra utilizado que, eventualmente, lo designa.

Esto es quizá más importante que la mera identificación o utilización de un término o aun de una categoría, sin esclarecer la concepción que le subyace. Es que el concepto mantiene una tensión con la categoría aunque ambos forman parte ya del terreno científico en el cual han sido elaborados a partir de ciertos términos del lenguaje. Los términos/palabras del lenguaje no científico no reconocen una relación unívoca con las categorías y conceptos. La misma palabra puede referir a diferentes conceptos; a su vez un mismo concepto puede aludirse a través de distintos términos. Las categorías guardan y cobran sentido en su relación con los conceptos sustantivos de determinada teoría.[4]

El estilo de vida en tanto teoría es abordado por autores/as anglosajones/as, principalmente. En nuestro país no es un modelo o teoría que se (re)conozca y a la cual, en consecuencia, se le preste la debida atención. A pesar de esto y quizá también en parte debido a esto, es el modo más extendido y aceptado de entender las causas de la enfermedad entre los trabajadores del sector.

La autora describe, enumera, las indicaciones y los consejos que los médicos dan habitualmente a los pacientes, los cuales implican conductas que deberían cumplir para lograr prevenir la enfermedad o detener su avance. Estos comportamientos serían, bajo la lógica criticada por la autora, de libre elección, sin tener en cuenta las determinaciones y posibilidades de los individuos o grupos. Es decir: lo mismo podrían y deberían aplicarse a un desocupado o a un trabajador con salario mínimo que a un poderoso empresario. Lo mismo a una persona que vive en situación de pobreza que a quien es dueño de una cuenta offshore, a alguien que cirujea que a quien dispone de acciones en sanatorios de medicina privados, a quien debe recurrir a comedores asistenciales que a quien tiene más que resueltas las condiciones materiales de existencia y sus necesidades de vida.[5] La simple comunicación, como prescripción médica, de lo que es necesario y conveniente en pos de la salud  ̶ y esa idea está ya considerada previamente como una abstracción, como un ideal a partir de determinada concepto de salud que no tiene en cuenta no sólo las determinaciones a que nos referimos sino tampoco los diferentes “modos de andar la vida” y de desplegar la vitalidad y potencialidades de un individuo en su contexto y grupo de pertenencia ̶  alcanzaría para lograr el cometido. Y para «llegar» al mismo, para lograr ese estado ideal, se impone el cumplimiento de esas consignas, de esas prescripciones. Si las/os pacientes no cumplen con estas será responsabilidad, o culpa, de ellas/os.

jueves, 28 de marzo de 2024

EL diario “La Tribuna” de Rosario y las organizaciones de lucha armada. (1969/1973), de Héctor Rubén Expósito

[Publicamos aquí la tesis de licenciatura de Héctor Rubén Expósito, de reciente culminación, dirigida por el profesor Juan Manuel Nuñez, en el marco de la Escuela de Historia de la Universidad Nacional de Rosario.
    Creemos que es de utilidad por el contenido propio establecido por el autor y, por supuesto, por el debate que ayuda a continuar.]

...

Introducción

El presente trabajo se inserta en el campo de la historia política de Argentina, de mediados del siglo XX, específicamente en la violencia política de esa etapa de nuestro país. El objetivo principal de esta tesina es analizar una publicación periodística de esta ciudad (Diario “La Tribuna”) para ver como presentó a sus lectores el accionar de las organizaciones de lucha armada, entre los años 1969 y 1973. El corpus documental de la investigación está compuesto por las noticias que van surgiendo cronológicamente y por las editoriales del diario mencionado. Asimismo, implica hacer una reconstrucción histórica de acontecimientos.

La periodización elegida se explica porque en ese lapso de tiempo aparecen en escena las principales organizaciones de lucha armada que van a dominar el espectro político por varios años. Ellas fueron, por orden de aparición: “FUERZAS ARMADAS PERONISTAS”-(FAP)-; “MONTONEROS”; “FUERZAS ARMADAS REVOLUCIONARIAS” (FAR); “FUERZAS ARGENTINAS DE LIBERACION” (FAL) y “EJERCITO REVOLUCIONARIO DEL PUEBLO”-(ERP).

Hacia 1969, nuestro país atravesaba por una experiencia política de gobierno, conocida como “Revolución Argentina”. Este proceso había comenzado con el derrocamiento del presidente Dr. Arturo Illia, el 28 de junio de 1966. A diferencia de los golpes de Estado anteriores, este fue innovador en cuanto no se fijó plazos sino objetivos. Se pensaban tres etapas sucesivas: económica, social y política. La mirada era de largo plazo, incluso en cuarenta y tres años, según lo expresara el Gral. Onganía. El nuevo gobierno militar pensaba que el sistema constitucional basado en partidos políticos y con elecciones cada dos años, podía ser efectivo en otros lugares, pero no aquí. Por ello dispuso la disolución de todos los partidos políticos; el cierre del Congreso Nacional; la remoción de los jueces de la Corte Suprema de Justicia; la intervención en todas las provincias y en las Universidades; una fuerte censura en los medios de comunicación y la cancelación de cualquier posibilidad de expresión del disenso. En pocas palabras, concentro en sus manos la totalidad del poder del Estado. Recién en marzo de 1967 tuvo su primer plan de acción económico, preparado por el segundo ministro de Economía, Dr. Adalbert Krieger Vasena. Este nuevo gobierno atravesó sin mayores inconvenientes los años 67 y 68, pero en el otoño de 1969, de manera inesperada, según se desprende de las noticias consultadas, una sucesión de insurrecciones populares de trabajadores y estudiantes, a lo largo del país, siendo más recordado el denominado “Cordobazo”, puso fin a las ilusiones de Onganía y sus seguidores. Las tres etapas quedaron en el olvido y los momentos social y político se adelantaron bruscamente. En el otoño siguiente, de 1970, el secuestro y muerte del Gral. Aramburu fue la gota que derramó el vaso, en una situación de extrema tirantez entre el presidente y los jefes militares. Tras un intervalo de nueve meses- (presidencia de Roberto M. Levingston)- la Junta de Comandantes designó a uno de sus miembros, Gral. Alejandro A. Lanusse, para el cargo de presidente, con el mandato de llevar adelante una salida institucional, mediante la convocatoria a elecciones generales. Por su parte, 1973 es el año del cierre de un período y del nacimiento de uno nuevo. El 11 de marzo se llevaron a cabo las elecciones generales, con la participación del partido peronista, hasta entonces proscripto. La llegada al poder de un gobierno con amplio respaldo electoral (49% de los votos), puso a las organizaciones de lucha armada ante una disyuntiva, un punto de crisis: integrarse en el nuevo proceso democrático y debatir en un marco parlamentario, o proseguir con la violencia de las armas en procura de sus objetivos.

Las organizaciones de lucha armada tenían en común la consideración de “enemigo” respecto del gobierno militar, calificado acertadamente de “Dictadura”. Veían, en cada una de sus intervenciones autoritarias, una defensa de intereses imperialistas.

Todas creían que la violencia era la única alternativa metodológica dado el fracaso del modelo republicano y democrático.

Algunas tenían como objetivo político principal el retorno de Perón a la Argentina y el levantamiento de la proscripción que pesaba sobre el partido peronista. Otras, inspiradas principalmente en la Revolución Cubana, tenían objetivos directamente revolucionarios: la transformación de la sociedad hacia un modelo comunista.

Si bien la investigación está centrada en las noticias y editoriales referidas a las organizaciones armadas, he creído necesario incorporar las noticias relevantes del gobierno de turno y sus respuestas represivas, así como las de otro actor político de la época, que por su gravitación era imposible de ignorar: me refiero a Juan Domingo Perón. Por razones teórico-metodológicas, el trabajo empieza con un capítulo dedicado a conceptualizar la violencia política, y a continuación un breve recorrido de nuestra historia, siglos XIX y XX, para mostrar como los líderes políticos fueron incapaces de aplicar un modelo de convivencia parlamentario. A modo de contextualización, presento un capítulo que muestra la problemática política argentina en la década del 60. Al ir mencionando a las organizaciones armadas, conforme van apareciendo en las noticias, he incluido una descripción del posicionamiento ideológico de cada una de ellas, para una mejor comprensión del fenómeno estudiado.

El diario elegido como objeto de estudio y fuente de noticias, tuvo una extensa actividad periodística en nuestra ciudad y zonas de influencia. Seguía al diario “La Capital” en orden al tiraje de ejemplares y ocupación de espacios publicitarios. La historia del medio mencionado tiene dos etapas bien diferenciadas: la primera entre octubre de 1928 y 1949; la segunda desde marzo de 1950 hasta diciembre de 1982. En su primera etapa el nombre del diario era “Tribuna”. Su primer número se editó el 12 de octubre de 1928, cuando Hipólito Irigoyen asumía su segundo y último mandato presidencial. “Tribuna” constituía el órgano de difusión del pensamiento político del Partido Demócrata Progresista. Su existencia se debió a dirigentes liderados por Dr. Enzo Bordabehere, a quien acompañaron Mario Antelo y Vicente Pomponio. Enzo Bordabehere fue su director hasta su muerte en el Senado de la Nación, en 1935. Si bien tenía una clara orientación ideológica, sus fundadores insistieron en dejar aclarado que el diario mantenía su independencia de las autoridades partidarias. Llevaba como subtítulo una frase escrita por Lisandro de la Torre: “Los que saben a dónde se dirigen y van marchando por el por el camino recto, no lo recorren solos durante mucho tiempo”. De acuerdo con sus editoriales, “Tribuna” defendía la libertad de expresión, el respeto a las instituciones republicanas y a la democracia como forma política de convivencia. Fue explícitamente anti-fascista, brindando amplio espacio para la difusión de los problemas locales y regionales. La llegada de la revolución del 4 de junio de 1943 y, más tarde, del peronismo al poder, con una fuerte censura y control de los medios de comunicación opositores, que como en el caso de “Tribuna” ejercían una dura crítica, censura ejercida mediante la asignación de cuotas de papel para imprimir- importado-, complicó seriamente las posibilidades de mantener la empresa editorial. El diario estuvo clausurado desde enero a agosto de 1949. Al volver a editarse, la limitación a seis u ocho páginas, determinó su cierre. El último número de la primera época, esta conservado en la Biblioteca del Museo Dr. Julio Marc, del 30 de diciembre de 1949 (1).

"Declaración de Ruben Um Nyobé a la prensa francesa" (noviembre de 1956), traducción de Mila Kobryn (UNR)

Texto original en francés tomado de:  Um Nyobé, R. (1984). Le problème national kamerunais. (J.A. Mbembe, Ed.). París: L'Harmattan.  (1)...